lunes, 9 de febrero de 2015

Entre líneas


Son canciones, personas. Almas que escriben melodías, palabras con que acompañar un acorde, historias entre bastidores esperando salir tras cada estrofa. Una historia como la que aquí te cuento, que leí entre las líneas de una preciosa canción.


                                             "And I don't know what can I do about it."


Ayer te esperé. Era media tarde. Estaba ahí sentada, junto a aquel reloj con que jugaste a alargar las horas a tu antojo, a crear un nuevo sistema de minutos y segundos. Ahí sentada, incapaz de controlar los tiempos que un día me obligué guardar, incapaz de estirar los minutos como tú hacías cada tarde. ¿Dónde estás? ¿Por qué no llegas?

Nadie más lo percibe, lo sé. Estoy rodeada de decenas personas que no han aprendido que a su lado lo que hay es precisamente otra persona. Una persona, valiosa, inmensamente valiosa. No un medio para conseguir algo. Sólo que ellos, aún no lo saben. Pero tú lo sabías, y yo también. Y contemplo impotente como corren los minutos, como las horas se me escapan, y un vuelo furioso arranca las hojas del calendario. Pero no, tú no llegas.

 
¿Dónde estás? ¿Qué te detiene?

Me resisto a abandonar este banco, a perderme en ese gentío que olvidó su esencia y la del resto, a desviarme del rumbo que más anhelo y más difícil se vuelve. Y llega el invierno, primavera, verano. Insisto. ¿Dónde estás?